miércoles, 20 de enero de 2010

LOS RELATOS PERIODÍSTICOS

¿ES VERDAD?

Pablo Marchetti, en su revista de comunicación, escribió un artículo que refleja una convicción de mucha gente a lo largo y ancho del mundo y que me gustó COMPARTIR con todos Uds.

El periodismo es una grandísima mentira. Tal vez la más grande de todas. Seguro, la más certera y la más convincente. El periodismo es la mentira perfecta, fundamentalmente porque se auto promociona como la verdad, aún a sabiendas de que la verdad no existe.

Como la ficción, el objetivo excluyente del periodismo es atrapar la atención del lector, el oyente, el televidente ó el espectador.

Y para semejante y tan difícil tarea, como sucede con la ficción, el periodismo intenta construir un buen relato.

Ese relato se nutre de elementos de la realidad.

Y si el relato está bien construido, sucede el milagro y todos terminan creyendo que ese relato es la verdad.

Pero, a diferencia de la ficción, como el cine, el teatro ó la literatura, el periodismo insiste en que ese relato es la verdad. Cualquier espectador o lector sabe que el relato de una película, un libro o una obra de teatro termina en cuanto se encienden las luces de la sala o se termina la última palabra de la última página. Es cierto, existen muchas obras basadas en hechos reales; pero justamente, el hecho de que estén “basadas en” pone de manifiesto la existencia de la subjetividad del autor. La situación, en esos casos, queda perfectamente “blanqueada” desde el momento que se las encuadra en el rubro “ficción”.

El periodismo, en cambio, pretende hacernos creer que, por trabajar con la realidad como materia prima para construir su relato, el resultado de esa construcción es siempre “la verdad”. Esta superstición está tan difundida que cuando un relato periodístico no es bueno, quienes lo reciben dicen: “Eso no es verdad”.

Pero, “La única verdad, es la realidad”. decía Winston Churchill. Y la realidad es que nada es verdad, por más certeza que exista en algunas anécdotas o datos de algunos relatos, el relato periodístico es de por sí, tan arbitrario, como el haber elegido contar una anécdota determinada y no otra. Cuando un trabajo periodístico posee muchos elementos de la realidad, no estamos ante la presencia de más verdad, sino de una mayor calidad de relato. Y lograr un buen relato, un relato entretenido, divertido, que atrape la atención de quien lo sigue, es la razón de ser del periodismo.

Como sucede con todo buen relato, el relato periodístico implica tener algo para decir pero también un buen modo para decirlo. Es qué y cómo.

En el periodismo suele decirse que existen seis preguntas fundamentales. Pero el asunto es relativo: lo del cuándo, el dónde, el quién y el por qué forman parte de la lógica del periodismo, son sus herramientas con las que se construye la noticia, que es el relato más básico y elemental.

Pero la esencia del periodismo es qué y cómo. Forma y contenido. Se puede hacer buen periodismo con buenos contenidos y mala forma, y viceversa: se pueden hacer grandes cosas simplemente relacionando de manera inteligente un par de datos que todo el mundo conoce.

Cuanto más efectivo sea un relato periodístico, será más sencillo acaparar la atención de la gente. De todos modos, existen muchos modos de lograr este objetivo (muchas formas de hacer periodismo) y también existe una amplia variedad de géneros. El público, como suele suceder con todo en esta vida, es de lo más variado y, afortunadamente para todos nosotros, existen gustos para todo el mundo.

Pero así y todo, el secreto está en construir el mejor relato posible con elementos de la realidad y tratar de que ese relato se confunda no con una verdad, sino con la verdad. Es la única manera de destacarse del resto. Porque el periodismo es también la necesidad de gritar más fuerte que el otro.

COMPARTO SUS CONCEPTOS SOBRE EL PERIODISMO.

Fuente: http://www.revistabarcelona.com.ar/

martes, 5 de enero de 2010

NADA A CAMBIADO CON EL PASO DEL TIEMPO

Desde que se inventó la Imprenta, el mundo ha evolucionado a pasos agigantados. La imprenta trajo la Ilustración y aparecieron los librepensadores, intelectuales, que aparte de reunir sus conocimientos para formar las primeras Enciclopedias, los comunicarían en los primeros periódicos, ante la necesidad que las personas tenían de saber cosas.

Veremos dos ejemplos, de la relación estrecha entre el periodismo y el poder.

- En EEUU, Benjamín Franklin, aficionado a los experimentos científicos (inventor del pararrayos), era el editor del periódico “Almanaque del Buen Ricardo”, publicando consejos prácticos para la vida diaria de sus lectores y noticias de las que se tuvieran conocimiento. Este hombre fue uno de los ponentes de lo que sería la Declaración de la Independencia Norteamericana y de la Constitución del ese país independizado. Entre sus amigos encontramos a Thomas Jefferson, que llegaría a ser uno de los primeros presidentes estadounidenses. De una tertulia entre el editor de periódicos Benjamín Franklin y Thomas Jefferson, el futuro presidente expresó el comentario: “Generalmente los periódicos se dividen en cuatro secciones: la primera: “Verdades”, la segunda: “Probabilidades”, la tercera: “Posibilidades”, y la cuarta: “Mentiras”. La primera es la más corta y la última la más numerosa”.

- En Alemania, el periodista Joseph Paul Goebbels, mejor periodista de todos los tiempos, fue el mejor manipulador de todos los tiempos, un maestro, del que los profesionales de la comunicación todavía siguen estudiando y aprendiendo. Este hombre era uno de los más cultos e instruidos del que se tiene conocimiento y que habría estudiado entre otras, filosofía, historia, arte y periodismo. Como joven periodista, ningún diario le aceptó para trabajar, ni ningún editor se animó a publicar ningún libro suyo. Pero como amigo de Adolf Hitler, le ayudó a organizar por toda Alemania el partido nazi, que le llevaría al poder, al ganar unas elecciones derivadas del desamparo del pueblo alemán por causa del paro y de las humillaciones de la guerra impuestas por los vencedores. En recompensa, el nuevo canciller alemán Hitler, le nombró Ministro de Instrucción (Educación) y Propaganda. Goebbels además de trabajador era muy talentoso y supo manipular la prensa y la propaganda a favor del gobierno nazi. Creo un método en la técnica de la manipulación y de la censura, basado en 11 principios famosos, en los que se basan gran parte del periodismo moderno. Lo fundamental “No decir del todo la verdad y explicarse de un modo confuso”.

No hace falta decir que cualquier periodista conoce el dicho que dice: “Si la noticia no existe, hay que inventarla”.

Finalmente el verdadero problema de la prensa, escrita, visual o auditiva, es que no se dice totalmente la verdad, no se informa con auténtica veracidad y lo que se informa tiene intereses creados. El “mejor periodista” es sinónimo de “mejor manipulador”.

Cuidado, porque sean verdades o mentiras, la gente compra lo que le gusta, las noticias que les entretienen y por eso se da el caso de que la prensa rosa, la prensa sensacionalista y la prensa erótica, son las que más venden.

Desde hace ya mucho tiempo las noticias de los periódicos están manipuladas y no dicen la verdad. La verdadera libertad de expresión no existe. Lo que se escribe en los periódicos actuales, tiene la finalidad de confundir a la gente.

Un lector listo, puede palpar si un periódico transmite un mensaje a favor o en contra de algo o alguien. Se nota bastante la confusión para hacer que las cosas sean según las conveniencias de los redactores de periódicos, al servicio de tal o cual signo político o económico encubierto.

La realidad es que hoy día, hay más verdad y espíritu crítico, en blogs de internet, que en lo que se publica en los periódicos, supervisada la infomación antes por un supuesto corrector (censor-inquisidor) que seguramente aplica los principios de Goebbels.

Las personas necesitan estar al corriente de lo que pasa en su país y en el resto del mundo y por ello recurren a los periódicos, la radio, la televisión, e Internet. Los políticos son conscientes del gran poder que tiene la prensa en general, por lo que en la medida de sus posibilidades, la aprovechan a su favor.

Por eso a la prensa se le ha llamado “el cuarto poder”.

Los partidos políticos tienen su propia selección de prensa y propaganda, con profesionales que saben utilizar los verbos y los adjetivos adecuados a cada mensaje interesados en transmitir. Se puede ver, en la manera de expresarse de los periódicos de los distintos partidos políticos y en su forma de criticar al contrario o de expresar su opinión.

Ante noticias falsas, confundidas ó manipuladas, la gente prefiere ser envuelta en lo que se llama la prensa rosa, siempre interesa saber sobre la vida privada de gente famosa, sus líos y las reacciones de su entorno, sus familiares, sus ex parejas y más. Eso es preferible, a oír hablar de guerras, de política, o de crisis.

Son pocos los periodistas que se expresan con un lenguaje imparcial, popular y que manifiesten sus opiniones sin manipulación y sin estructuración, marcada por los responsables de los periódicos, de las ondas radiales o de los canales de televisión.

El verdadero periodismo, debería decir la verdad, informar con claridad, contrastando y comparando los diferentes temas. La verdadera prensa debería ser imparcial y verídica y verificar a fondo lo que dice, antes de comunicar sus noticias. La gente no es tonta y al final acabará valorándolo, a pesar de que con la libertad de expresión, cada cual seguirá escribiendo y publicando lo que le dé la gana, por lo que a pesar de todo, esa libertad tampoco garantiza la exactitud de la información: detrás de cada escrito o información, siempre está la persona que lo hace, mejor o peor, de más o menos “calidad” y talento.

En una sociedad que se quiera calificar, de civilizada y avanzada, habría que hacer que la prensa en general, sirviera para informar siempre con la verdad, le duela a quien le duela.

Fuente: http://xavier-valderas.blogspot.com